Al inaugurar el 140º período de sesiones ordinarias, el Presidente Fernández aseguró: “Este acuerdo no contempla restricciones que posterguen nuestro desarrollo, a diferencia de otros que la Argentina firmó en el pasado. La reducción gradual del déficit será compatible con una expansión moderada del gasto primario real que permitirá apuntalar la fuerte recuperación económica en curso. Quiero ser muy claro ante esta Asamblea Legislativa. No habrá una reforma previsional. La edad jubilatoria no será alterada. Jubilarse es un derecho y se debe respetar a rajatabla”, agregó. También desmintió una posible reforma laboral, tarifazos o cambios en la soberanía.
“No queremos más ajustes -agregó-. Nunca defendimos los ajustes. Trabajo para una Argentina grande, con crecimiento y empleo, sin exclusiones y con ampliación de derechos. Pero además, al igual que la inmensa mayoría de la sociedad, he luchado toda mi vida por recuperar y consolidar nuestra democracia. Así como aceptar condicionamientos externos hubiera debilitado nuestra democracia, no aceptarlos solo la fortalece. Este entendimiento prevé sostener la recuperación económica ya iniciada. Llevaremos adelante nuestras políticas de crecimiento, desarrollo y justicia social”.
Fernández repasó antes cómo se llegó a la actual deuda con el Fondo Monetario Internacional y anticipó que el entendimiento que se pretende ahora “no acumulará nueva deuda a la ya tomada por el gobierno anterior. Es una refinanciación de aquél préstamo que nos permite no usar en estos años recursos nacionales para pagar los c compromisos. Se usará dinero del propio FMI que empezará a pagarse dentro de cuatro años y medio. Podremos utilizar ese tiempo para que semejante carga de deuda no detenga el crecimiento.El acuerdo no resuelve el problema de la deuda externa, pero da un paso importante en esa dirección. Se iniciarán los pagos en 2026 para terminar en 2034”.
Luego, Fernández recordó que el año pasado, a través del decreto 8/2021, instruyó a la Procuración del Tesoro “para que iniciara una querella criminal tendiente a establecer la verdad y las responsabilidades sobre este endeudamiento. Este acuerdo tampoco releva al Poder Judicial de avanzar en esa investigación. Los argentinos y las argentinas tienen el derecho de saber cómo ocurrieron los hechos y quienes fueron los responsables de tanto desatino”.
Las palabras fueron rechazadas por los miembros de la bancada de Juntos por el Cambio que se retiró del recinto entre gritos.
“Nadie consultó al Congreso Nacional para tomar esta enorme deuda. En cambio, nosotros elevaremos los documentos que constituyan el Acuerdo al Congreso de la Nación con la totalidad de los detalles. Necesitamos que nos acompañen y apelo así al compromiso nacional de todos y todas. A partir de esta semana esperamos que esté en manos de los legisladores y las legisladoras nacionales considerar la aprobación del acuerdo que se alcance con el staff del FMI para dar previsibilidad a los argentinos y argentinas. Ese será el acuerdo de la Argentina toda y nosotros como poder administrador nos ocuparemos de que sea cumplido para que haya más producción, más trabajo, mejores ingresos y menor inflación”, señaló.
El jefe de Estado reveló que todavía negocian “aspectos vinculados a la formalización de ese acuerdo que confío concluir a la brevedad. En el contexto mundial que vivimos y teniendo en cuenta la magnitud de los compromisos que asumió Argentina y que buscamos modificar, defender los derechos de nuestro pueblo demanda mucho más que cinco minutos”.
Por otro lado, anunció que recibió la confirmación del Gobierno chino de que accedió al pedido de “ampliación y uso del Swap en función de lo expresado en la ‘declaración conjunta'” que se firmara durante su última visita oficial a ese país. “China siempre nos ha apoyado en los momentos difíciles, y confiamos en que pronto tendremos la autorización técnica correspondiente. Con ello también fortaleceremos la estabilidad cambiaria”, expresó.
El primer mandatario reclamó por la aprobación de la llamada ley de leyes y recordó que “en estos casi 40 años de democracia, es la primera vez que se rechaza un presupuesto en este recinto, a lo que se debe sumar aquella vez cuando no se trató en 2010. Propusimos un presupuesto que dejamos a consideración del Parlamento con honestidad y humildad, que jamás fue un paquete cerrado, que siempre estuvo abierto a correcciones y mejoras. Dicen que los peronistas manejamos el Congreso como una escribanía, pero lo cierto es que en estos casi 40 años el Congreso Nacional solo ha dejado sin presupuesto a Cristina en 2010 y a mí en este año”.
Tras asegurar que “enfrentar la inflación es el principal desafío que tiene el Gobierno”, Fernández consideró que “hay datos y logros que indican una recuperación de la economía” en los últimos meses y enumeró que “el empleo formal se viene recuperando mes a mes desde fines de 2020” y “la tasa de desocupación fue del 8,2 % en el tercer trimestre de 2021, la menor en más de tres años”.
Sobre la “marcada recuperación” de distintas actividades durante 2021, el jefe de Estado citó al “petróleo y minería”, que tuvieron sus mejores diciembre desde “2011” y “2008”, respectivamente, y las exportaciones de bienes, que “alcanzaron los 77.900 millones de dólares” el año pasado. “El agro también tuvo un muy buen 2021: Argentina tuvo récord de producción en maíz, trigo y cebada”, destacó el mandatario, además de ponderar una “industrialización de materias primas de granos sin precedente” y apuntar que en 2021 el Gobierno prosiguió con la “reducción o eliminación de derechos a exportación para la gran mayoría de los productos de las economías regionales”.
“En 2021, alrededor de unas 175 mil personas lograron incorporarse al empleo asalariado registrado en empresas privadas. También en ese año se incorporaron 440 mil personas al trabajo registrado en el sistema de seguridad social (incluyendo empleo asalariado público y privado, y trabajo autónomo y monotributista). Al finalizar el año 2021, el número total de personas con trabajos formales es un 2 por ciento mayor al verificado en febrero de 2020, justo antes de la irrupción de la pandemia”.
Fernández indicó que “los salarios reales tuvieron una leve recuperación” en los últimos meses tras haber atravesado la peor etapa de la pandemia de coronavirus, y afirmó que “las políticas aplicadas durante la última dictadura militar, en el 2001 y en los cuatro años que me precedieron incrementaron el desempleo y la pobreza”.
Cuando inició el discurso -minutos antes de las 12 previstas por protocolo-, el jefe de Estado reconoció que “el mundo está conmovido” y que “la paz del mundo se altera por la invasión militar de la Federación Rusia sobre Ucrania”, por lo que pidió hacer un minuto de silencio, por los muertos por la pandemia del coronavirus y la guerra.
Luego, Fernández consideró que “es el momento en el cual el mundo le debe dar una oportunidad a la paz” y consideró que la Argentina “se encuentra en momento bisagra” tras superar la pandemia de coronavirus y que “puede convertirse en artífice de su futuro”.
En ese contexto, el Presidente destacó que “ninguna persona que habita en el país quedo sin atención sanitaria” durante la pandemia de coronavirus y remarcó que “el sistema de salud no llegó a su saturación”. También subrayó que “todo” lo que hizo para “combatir” la pandemia de coronavirus “no tuvo otro objetivo que no haya sido el de salvar la mayor cantidad de vidas un contexto difícil e imprevisible”, y señaló que el pueblo le “asignó a través del voto” la potestad de “tomar decisiones”.
“Hubo quienes criticaron la implementación de medidas de cuidado que implicaban restricciones”, recordó el mandatario, quien hizo referencia a “voces poco constructivas” de los “medios de comunicación dominantes”, que “generaron desánimo y desconfianza”.
Sobre la lucha contra el coronavirus, el jefe de Estado consignó que en los primeros seis meses de la campaña de vacunación contra el coronavirus, el Estado argentino alcanzó “más de 21 millones de dosis aplicadas”, y destacó que en la Argentina “se implementaron estrategias” de inmunización “similares a los de otros países”.
La Argentina -recordó Fernández- “compró vacunas producidas en Rusia, China, India, Estados Unidos y países de Europa, y empezamos a producir en el país alguna de esas vacunas”, y añadió que pese a que la “llegada” de la variante Ómicron “planteó un nuevo escenario, en el que los contagios se aceleraron como nunca antes, “las vacunas protegieron a los argentinos”.
Fernández afirmó que asumirá el “desafío” propuesto por el papa Francisco para “empujar desde abajo hacia arriba y desde la periferia hacia el centro”, al advertir que “la idea del derrame” de la riqueza es una “quimera que jamás se materializa”. “Es hora de reconocer, visualizar y registrar las actividades de la economía popular, debemos avanzar en su crecimiento construyendo nuevas generaciones de derechos”, dijo.
Sobre el final, Fernández dijo: “Al iniciar este discurso llamé la atención sobre este tiempo singular que atravesamos. En el inicio de su Historia de dos ciudades, Dickens describe una época del mundo que tiene plena vigencia en este presente. Decía: Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos. La edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero nada teníamos, íbamos directamente al cielo y nos perdíamos en sentido opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, en lo que se refiere tanto al bien como al mal, solo es aceptable la comparación en grado superlativo”.
“Esta época bisagra de la historia, de Argentina, del mundo, del universo, necesita que le propongamos un sueño. Un propósito: queremos dejar de ser víctimas de todo y pasar a ser propulsores de algo. Pasar del miedo a la ilusión. De la muerte a la creación. Hay que sacar la utopía del pasado y volver a ponerla en el futuro”, completó.
Luego de recordar su decisión de no aceptar el último tramo de desembolsos y la “exitosa reestructuración de la deuda privada en moneda extranjera” de 2020, indicó que el acuerdo alcanzado con el FMI es “un nuevo paso” para resolver el problema del endeudamiento que, aclaró, “no es el primero y no será el último”.
“Me hubiera gustado que el gobierno anterior no hubiera recurrido en 2018 al FMI y muchos menos en las condiciones que ya describí”, admitió, al tiempo que aseguró que luego de dos años de negociaciones se alcanzó “el mejor acuerdo que se podía lograr”.
Al respecto, el presidente destacó que “el nuevo acuerdo no acumulará nueva deuda a la ya tomada por el gobierno anterior”, ya que se trata de una refinanciación con “dinero del propio FMI que empezará a pagarse dentro de cuatro años y medio”. En consecuencia, “se iniciarán los pagos en 2026 para terminar en 2034”, señaló.
Por último, sostuvo que el acuerdo “no doblega nuestra soberanía”, pero advirtió que se debió “extremar” esfuerzos “por definir con autonomía nuestras políticas públicas ante un acreedor poderoso”.
“Todo es resultado del nivel de endeudamiento externo al que con una frivolidad alarmante nos han dejado expuestos”, finalizó el presidente Fernández.
Luego de que el mandatario destacara la necesidad de que la justicia avance en la investigación penal del origen de la deuda contraída por el macrismo en el tramo final de su gestión, un grupo de legisladores y legisladoras de Juntos por el Cambio se levantó de sus bancas y se retiró del recinto.