Más de 400 mil personas visitaron en los últimos ocho años el Museo Sitio de Memoria ESMA, declarado Patrimonio Mundial de la Unesco y que permite asomarse a los horrores de los cerca de 800 centros clandestinos de detención que funcionaron durante la última dictadura cívico militar.

Palabras de agradecimiento de la directora ejecutiva del Museo Sitio, Mayki Gorosito, en el marco del ingreso del Museo Sitio de Memoria ESMA en la Lista del Patrimonio Mundial de la @UNESCO pic.twitter.com/gZqZhQvlOm

— Museo Sitio de Memoria ESMA (@MuseoSitioESMA) September 19, 2023

El espacio, ubicado en la avenida del Libertador 8151/8571 del barrio porteño de Núñez, fue abierto el 19 de mayo de 2015 por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El acervo surgió de la elaboración colectiva de diversos actores de la sociedad civil, convocados por la Secretaria de Derechos Humanos de Nación y los organismos de Derechos Humanos que integran el Espacio Memoria y Derechos Humanos que funciona en el predio donde estuvo la Escuela de Mecánica de la Armada.

El Museo reconstruye el funcionamiento como centro clandestino en base a los testimonios que constan en los juicios de lesa humanidad, una de las características que permitió integrar el Patrimonio Mundial de la Unesco, que pondera “la verdad jurídica, que resulta indispensable para la producción de sentido social y contribuye a la construcción del Nunca Más”.

Entre las características distintivas de la propuesta museográfica figura la premisa de que no se ha modificado la estructura edilicia ni su estado general.

El visitante, de hecho, no puede ingresar con comida o bebidas ni tocar muchas de las paredes o aberturas porque son prueba judicial en las causas abiertas de los juicios por crímenes de lesa humanidad.

Este ex centro clandestino fue el mayor que funcionó en la Argentina y se cree que pasaron al menos unas 5.000 personas detenidas-desaparecidas, muchas de las cuales fueron arrojadas vivas al mar en los llamados “vuelos de la muerte”.

El Museo está montado dentro del edificio del ex casino de oficiales del predio que la Armada entregó vacío y con deficiencias de mantenimiento en 2004, durante la presidencia de Néstor Kirchner.

El espacio ofrece muestras permanentes y temporarias que incluyen un recorrido de 17 salas con dispositivos museográficos tradicionales y contemporáneos.

Hay una sala de Recepción y otras de Contexto Histórico y lugares como Capucha, Capuchita, Embarazadas, Baños, Pañol, Pecera, Los Jorges, Casa del Almirante, Sótano, Traslados y Dorado.

Capucha, en el tercer piso del ex Casino de Oficiales, era el principal lugar de reclusión de prisioneros, donde las personas detenidas-desaparecidas permanecían esposadas de pies y manos, con una capucha o antifaz de tela en la cara.

El recorrido está guiado por una tarima de madera que se extiende a lo largo de todo el tercer piso y se proyectan testimonios de sobrevivientes en los juicios para vivenciar en forma más directa lo sucedido en este espacio.

La sala incluye sobre el piso la representación tridimensional de una “cucha”, un espacio de dos metros de largo por 70 centímetros de ancho en el que debían permanecer las personas detenidas-desaparecidas.

Otra de las salas, denominada como “Capuchita”, se refiere a un ámbito ubicado en el altillo del exCasino de Oficiales, donde las personas detenidas-desaparecidas soportaban condiciones de hacinamiento, falta de aire, estricto control, mientras convivían con sesiones de tortura.

Por otra parte, el Museo da cuenta también del plan sistemático implementado por los militares con las embarazadas para tenerlas con vida hasta que dieran a luz.

Las y los recién nacidos eran entregados por lo general a integrantes de las fuerzas represivas o allegados y las mujeres eran ubicadas en una celda a la que llamaron “Pieza de las embarazadas”, último destino antes de ser eliminadas físicamente.

En este lugar puede escucharse la palabra de Sara Solarz de Osatinsky, sobreviviente del centro clandestino y testigo de muchos de los partos que hubo en la ESMA.

En “El Sótano”, en tanto, se observa el primer lugar al que eran ingresados las y los prisioneros al llegar a la ESMA y el último lugar por el que pasaban antes de ser ejecutados a trasladados en los “Vuelos de la Muerte”.

Con entrada gratuita, pero vedado a menores de 12 años (entre 12 y 15 deben hacerlo con un adulto), el Museo puede visitarse de martes a domingos de 10 a 17.

Hay visitas guiadas, con audioguías y para instituciones educativas, sociales o sindicales.