Guerra de Malvinas

El hundimiento del Sheffield en primera persona

El Capitán (RE) de navío Augusto Bedacarratz es veterano de guerra de Malvinas. En esta entrevista cuenta en primera persona los detalles de la misión que destruyó al buque inglés Sheffield

“El buque Sheffield era un buque muy moderno, de defensa anti-aérea, y había sido aggiornado con equipamiento electrónico” relata Bedacarratz. Con otros dos buques formaban parte de una defensa coordinada.

La operación militar argentina fue pionera, en cuanto a que el ataque fue el primero consistente en el uso de misiles por parte de aviones contra barcos. Todos los cazabombarderos navales Super Etendard hacían vuelos rasantes para no ser detectados por los radares.

Todas las acciones aéreas que se analizaban implicaban un riesgo de poder ser derribados por la defensa inglesa. La tecnología de misiles Exocet requería total discreción en la acción. Había q lograr lanzar el misil sin que los ingleses tengan noticias de la aproximación. “Teníamos q ser muy discretos en la forma de acercamiento y en las indiscreciones electrónicas”.

Con este tipo de misiles inteligentes la premisa era “tire y olvídese” detalla Bedacarratz. Inmediatamente después de haberlos lanzado regresaron a la base sin saber si realmente habían impactado. No tuvieron información del resultado salvo el hecho que a partir del lanzamiento del misil, un radar argentino detectó un movimiento de aviones y helicópteros en esa área. Perdido contacto con el Sheffield, los británicos creían que había sido torpedeado, por lo que se ordenó a todos los helicópteros antisubmarinos cercanos acudir al destructor para buscar y atacar al submarino enemigo

El hundimiento del Sheffield ocurrió el 10 de mayo de 1982 a raíz de un ataque de misiles argentinos ejecutado el 4 de mayo anterior. Una pareja de cazabombarderos Super Étendard dispararon un par de misiles Exocet AM 39 contra aquel destructor británico. Un número de 21 miembros de la tripulación murieron en el acto.

Al ser preguntado sobre su mirada del conflicto a través de los años, el Capitán de navío Augusto Bedacarratz, que todavía se conmueve al contar estas historias, dice que “en toda circunstancia de la vida siempre hay q rescatar las enseñanzas”, “lo que más rescato de esta guerra es el espíritu de lucha y de entrega que percibí desde el primer momento”, “las acciones aéreas fueron las que más trascendieron por la magnitud de los daños que produjeron, y son un buen ejemplo del espíritu que tenían nuestros combatientes”.

Por último, el Capitán Bedacarratz recuerda con orgullo a nuestros combatientes: “649 argentinos se quedaron para siempre y nos recuerdan que tenemos que seguir luchando para recuperar definitivamente las islas”