A los nueve minutos de juego, el árbitro Frank Schneider detuvo el partido y se originó una ovación cerrada de los espectadores, quienes recrearon la bandera argentina y desplegaron una imagen gigante de Sala en una de las tribunas.
La emoción embargó al entrenador de Nantes, Vahid Halihodzic, quien no pudo contener las lágrimas.