El Tribunal Oral Criminal 7 condenó a tres años de prisión condicional y a cinco años de inhabilitación para ejercer el comercio a los propietarios del boliche Beara, al encontrarlos responsables por la muerte de dos jóvenes como consecuencia del derrumbe del entrepiso del local ocurrido en 2010, y al mismo tiempo absolvió a los funcionarios porteños que debían controlar la habilitación y a los policías federales acusados por cohecho.
Los jueces Gabriel Vega, Gustavo Alterini y Alejandro Noceti Achaval encontraron culpables a los acusados Juan Yun, Agustín Dobrila e Iván Fliess del delito de “homicidio culposo agravado” de Ariana Lizarraga y Leticia Provedo, y de “lesiones culposas graves y leves” a más de cincuenta personas afectadas por el derrumbe.
El tribunal tuvo en cuenta las numerosas pruebas presentadas en el juicio sobre la endeblez constructiva del entrepiso, a pesar de la intervención de varios arquitectos y técnicos.
“Todos sabían que Beara estaba siendo utilizado para otras cosas, todos sabían que había un entrepiso con endeblez constructiva, todos sabían que había 700 personas que era mucho más de lo permitido, entonces todos se tendrían que haber representado el resultado de muerte”, argumentó el fiscal Oscar Ciruzzi en su alegato, en base a los testimonios de empleados y clientes del boliche.
El derrumbe ocurrió el 10 de septiembre de 2010 en Scalabrini Ortiz 1638, cerca de las 3.50, cuando terminó un recital del grupo Ráfaga, y minutos después cayó el entrepiso construido con madera y aluminio.
El boliche, al momento del derrumbe, ya había sido clausurado por irregularidades y el Gobierno porteño levantó esa clausura concediendo una habilitación como “salón de fiestas privadas” cuando en realidad funcionaba como discoteca de libre acceso.
Fuente: Télam