Una una pequeña criatura con una sonrisa pícara y orejas puntiagudas está desatando una fiebre global, y Argentina no es la excepción.

Los Labubu, parte del universo de “art toys” o juguetes de arte, se han convertido en un fenómeno viral, agotando existencias en tiendas físicas y virtuales y generando un frenesí entre coleccionistas y curiosos. En nuestro país aumentó sus ventas un 700% a través de plataformas internacionales de venta electrónica, e incluso versiones “truchas” ya colman las góndolas de comercios en el barrio de Once.

La cultura viral

Su ascenso meteórico no solo refleja un cambio en las tendencias de consumo, sino que también subraya el poder de las redes sociales y la cultura de la colección en la era digital.

El éxito de Labubu, una creación de la artista hongkonesa Kasing Lung, de la serie “The Monsters”, se ha disparado gracias a su colaboración con la marca china Pop Mart. Esta empresa, especializada en “blind boxes” o cajas sorpresa, ha logrado convertir el acto de adquirir un juguete en una experiencia emocionante y adictiva.

Cada caja contiene una figura aleatoria de una serie, lo que fomenta la compra compulsiva en busca del personaje deseado o de la codiciada edición “secreta”, mucho más rara.

😎 ¡A LA MODA! Rodrigo De Paul llegó a la concentración del Atlético de Madrid con el muñeco que es furor: un Labubu con la camiseta de la Selección Argentina 🇦🇷 pic.twitter.com/nEc8P3oGEp

— PPZ SPORTS (@ppz_sports) June 25, 2025

El concepto de las “blind boxes” no es nuevo, pero Pop Mart ha sabido capitalizarlo a la perfección, generando un modelo de negocio que ha catapultado su valor de mercado a miles de millones de dólares.

La intriga de no saber qué figura se obtendrá, combinada con la estética atractiva y las colaboraciones con artistas reconocidos, ha cimentado la popularidad de Labubu y sus compañeros de Pop Mart.

En Argentina

En nuestro país, el furor por estos muñecos no se ha hecho esperar. Tiendas especializadas ya reportan una demanda explosiva, con consumidores ávidos por sumar estos “monstruos” a sus colecciones. La fiebre es tal que la reventa de figuras, especialmente las más difíciles de conseguir, ha florecido en plataformas online, a menudo a precios que superan ampliamente su valor original.

En las góndolas y mantas de Once, miles de versiones “truchas” se venden a precios módicos.

El éxito de Labubu no se limita a un público infantil. Gran parte de sus seguidores son adultos jóvenes y coleccionistas que valoran el diseño, la exclusividad y la emoción de la caza.

Así llegaba Enzo Fernández al partido del Chelsea contra el Fluminense

👜 La moda de los “Labubu” llegó hasta otro campeón del mundo pic.twitter.com/CY4zpYXZ2y

— Resumido.info (@Resumidoinfo) July 8, 2025

Este fenómeno refleja una tendencia global donde los juguetes no son solo para niños, sino que se han convertido en objetos de colección y expresión cultural para todas las edades, impulsados en gran medida por la viralización en plataformas como TikTok e Instagram.

Mientras el misterio de la sonrisa de Labubu continúa cautivando a millones en todo el mundo, su llegada a Argentina confirma que la cultura del “art toy” y la emoción de la “blind box” han encontrado un terreno fértil en el país, prometiendo que el pequeño monstruo pícaro seguirá siendo un protagonista en las estanterías y las conversaciones por mucho tiempo.