
Cuando la envidia se disfraza
La envidia suele esconderse tras gestos sutiles: el robo de mérito, la minimización de logros, la crítica disfrazada de humor o la falsa preocupación. Las personas mienten para proteger su imagen, manipular o disimular inseguridades. Los manipuladores usan la culpa y la confusión para dominar, mientras que los chismosos buscan atención y poder a través de la vida ajena. En el fondo, todo nace de lo mismo: la dificultad de alegrarse por los demás.
