Cristina habló sobre su decisión de alejarse del noticiero de TELEFE, un ciclo que la acompañó durante más de dos décadas.
En la charla, también se refirió a su relación con su marido, con quien comparte intereses culturales y espirituales. Pero uno de los momentos más conmovedores llegó cuando relató una experiencia vivida en Japón. Durante un viaje, Cristina sufrió un accidente y debió guardar reposo. En ese tiempo, estableció un lazo especial con su cuidadora, gracias al arte del origami, una práctica que transformó ese momento difícil en una oportunidad de conexión y aprendizaje. Desde la ventana de su habitación, observó cómo una flor florecía en pleno invierno. Aquella imagen, tan simple como poderosa, la marcó profundamente y le dejó una enseñanza que conserva hasta hoy: florecer en la adversidad.