
Human Rights Watch, una ONG internacionacional de derechos humanos proporcionó nuevos detalles sobre crímenes de guerra en medio del conflicto entre el ejército congoleño y la milicia ruandesa M-23 y señaló que el total de asesinatos en el territorio de Rutshuru en julio podría superar los 300, coincidiendo con hallazgos similares de las Naciones Unidas del mes pasado.
El informe incluyó entrevistas con civiles que, según HRW, sobrevivieron a los asesinatos, y que detallaron cómo se produjeron los ataques. Una mujer, que vio al M23 matar a su esposo con un machete, describió cómo la llevaron todo el día a un río con unas 70 mujeres y niños.
“Nos dijeron que nos sentáramos en la orilla del río y entonces empezaron a dispararnos”, declaró la mujer, quien afirmó haber sobrevivido tras caer al río sin recibir ningún disparo.
Otro hombre dijo que vio a distancia cómo los rebeldes del M23 mataban a su esposa y a sus cuatro hijos, de entre nueve meses y diez años, sin poder regresar a tiempo para salvarlos, según el informe.
El M23 ha negado previamente cualquier implicación en los asesinatos. El grupo no respondió a una solicitud de comentarios sobre el informe.
HRW dijo que los relatos de los testigos indicaban que los ataques tuvieron lugar en al menos 14 aldeas y zonas agrícolas cerca del Parque Nacional de Virunga, en el este del Congo, en julio.
Citando 25 testimonios, personal médico, personal de la ONU y otras fuentes, HRW dijo que la mayoría de las víctimas eran de etnia hutu, y algunas de etnia nande.
HRW instó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a la Unión Europea y a los gobiernos a ampliar las sanciones, presionar para que se realicen arrestos y procesamientos, y pidió a Ruanda que permita a los expertos forenses independientes y de las Naciones Unidas ingresar a las áreas bajo el control del M23.
El conflicto
El origen de conflicto con este grupo rebelde se remonta a las secuelas del genocidio en Ruanda de 1994, en el que las milicas hutus mataron a entre 500.000 y un millón de personas de etnia tutsi, así como a hutus moderados e indígenas twa.
Cuando las fuerzas lideradas por los tutsis contraatacaron, casi dos millones de hutus cruzaron a la vecina RDC, por temor a represalias. A partir de ese momento las tensiones entre tutsis y hutus han formado parte de la vida de los congoleños.
El M23 es un grupo rebelde formado en gran medida por tutsis congoleños que opera principalmente en la provincia de Kivu del Norte.
Tras un conflicto entre 2012 y 2013, la RDC y el grupo firmaron en diciembre un acuerdo de paz. En dichos combates, el ejército congoleño contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas. E
El grupo lanzó una nueva ofensiva en octubre de 2022, lo que provocó una crisis diplomática entre la RDC y Ruanda por su papel en el conflicto. Kigali ha acusado a Kinshasa de apoyar a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo armado rebelde fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en Ruanda.
Desde entonces el conflicto había permanecido inactivo, por una década, hasta su más reciente episodio que inició en 2022, cuando el grupo lanzó su rebelión actual y que ha escalado en los últimos días. Entre sus relcamos. el M23 acusa al Gobierno congoleño de no cumplir con el acuerdo de paz y de no integrar plenamente a los tutsis congoleños al Ejército del país y a su Administración