
Durante una serie de excavaciones, en laa cantera de Evron, ubicado al oeste de Galilea, los arqueólogos excavaron 14 metros y descubrieron una gran variedad de fósiles de animales y herramientas paleolíticas que datan de hace entre 800 mil y un millón de años.
Ninguno de estos hallazgos tenía evidencia visual de calor, ya que la ceniza y el carbón se degradan con el tiempo, por lo tanto, el grupo de científicos comenzó a desarrollar un modelo de IA más avanzado al que se había usado hasta ese momento.
La ventaja de la IA es que puede encontrar patrones ocultos en una multitud de escalas, al identificar la composición química de los materiales hasta el nivel molecular.
El resultado del modelo puede estimar la temperatura a la que se calentaron las herramientas de piedra, lo que en última instancia proporciona información sobre los comportamientos humanos pasados.
Con un método adecuado, el equipo de investigación comenzó a buscar señales moleculares de las herramientas de piedra utilizadas por los habitantes de Evron.
Los resultados revelaron que las herramientas se habían calentado a una amplia gama de temperaturas, algunas superando los 600 grados.
Además, analizaron 87 restos de fauna y descubrieron que el colmillo de un elefante extinto presentaba cambios estructurales como resultado del calentamiento.
Según el equipo de investigación, la presencia de calor oculto sugiere que nuestros antiguos antepasados eran “experimentadores”.
Asimismo, aseguraron que al observar la arqueología desde una perspectiva diferente, “podemos encontrar mucho más que lo que inicialmente pensábamos”.
Por último, los científicos esperan poder aplicar estos métodos en otros sitios del Paleolítico inferior para identificar evidencia no visual del uso del fuego por los habitantes de la época.