Estados Unidos fue la primera democracia liberal del mundo contemporáneo, y hasta la actualidad, una de las más robustas.

Más de dos siglos después de su fundación, la elección del presidente en el país de norte continúa realizándose como la divisaron sus padres fundadores: con un peso notable de los estados.

Una metodología única en el mundo, marcada por una institución singular: el Colegio Electoral. Y estados que son verdaderos “campos de batalla”, donde algunos miles de votos pueden determinar el curso de la historia.

¿Quién vota en Estados Unidos?

Quiénes tienen ciudadanía estadounidense por nacimiento o naturalización, son mayores de 18 años y cumplen con algunos requisitos especiales prescriptos por sus estados, pueden votar. En algunas áreas del país se permite a quienes no son ciudadanos votar únicamente en ciertas elecciones locales.

Para votar, hay que inscribirse previamente en los padrones de cada estado dentro de los términos que prescriben las leyes. Ese proceso convierte al ciudadano en un votante registrado. Dakota del Norte es el único estado que no requiere registrarse para participar de los comicios.

Para este 5 de noviembre, unos 240 millones de ciudadanos están citados a emitir su voto, pero de ese total se estima que alrededor de 180 millones se registraron para participar en la votación.

¿Cuándo y cómo se emite el voto?

La cita del 5 de noviembre es la fecha oficial de las elecciones generales, pero este año, más de 69 millones de personas no esperaron y ya habían emitido su voto por correo o de forma anticipada presencial. La cifra récord representa casi el 44 por ciento del total de sufragios emitidos en la elección presidencial de 2020.

La modalidad intenta disponibilizar el derecho al voto para aquellas personas que se vean imposibilitadas de emitir su sufragio el día de las generales en los centros de votación, y orientada, entonces, a incrementar la participación electoral.

La tendencia se vio en aumento en las últimas tres elecciones presidenciales. “El día de las elecciones es ahora solo el final de la votación”, dice al respecto Barry Burden, director del Centro de Investigación de Elecciones en la Universidad de Wisconsin en Madison.

¿Qué se elige?

El 5 de noviembre se elige Presidente y Vicepresidente. También, se renuevan una porción de la Cámara de Representantes y el Senado. Algunos estados, además, aprovechan para plebiscitar cuestiones y políticas públicas internas, llamadas “propuestas”. California, por ejemplo, pondrá a consideración de los ciudadanos unas 10 propuestas, entre ellas, un aumento del salario mínimo en el estado, por encima de la media nacional.

¿Qué es el Colegio Electoral?

Durante las elecciones generales de noviembre, el voto ciudadano ayuda a determinar los electores de cada estado. Cuando una persona vota por un candidato presidencial, no está votando por el presidente. Lo que están haciendo es “decirle” a su estado por qué candidato quieren que vote en la reunión de electores.

Los electores son los únicos que realmente votan por la presidencia, un ejercicio que realizan en la reunión de los electores, después de la elección presidencial nacional.

En la mayoría de los estados, los electores votan del mismo modo que lo hicieron los votantes de su estado. Así, el candidato presidencial que consigue la mayoría del voto ciudadano, recibe todos los votos electorales que le correspondan a ese estado. El Congreso realiza el recuento oficial de los votos en enero.

Es decir que un candidato podría ganar la votación del Colegio Electoral y ser designado presidente, pero perder el voto popular.

Esto ocurrió en el año 2016, 2000 y tres veces en el siglo XIX.

Los estados utilizan los resultados de las elecciones generales (también conocidos como voto popular) para nombrar a sus electores. El partido político estatal del candidato ganador selecciona a las personas que serán electores.

El número total de votos electorales asignados a cada uno de los 50 estados y Washington D.C. varía según la población; sin embargo, cada uno tiene al menos tres –el Distrito de Columbia ha tenido tres electores desde 1961–. En total, son 538 votos electorales y para ganar la presidencia se necesita contar con al menos 270 (más de la mitad del total).

El peculiar cuerpo fue creado por la Convención Constitucional de 1787 en Filadelfia.

Los constituyentes esperaban sofocar la formación de facciones y partidos políticos poderosos, y querían un mecanismo que no dependiera únicamente de las mayorías populares o del Congreso. A pesar del nombre, no es un colegio en el sentido educativo moderno, sino que se refiere a un collegium o grupo de colegas”.

¿Qué es un “Estado péndulo”?

Son estados en los que tanto el Partido Demócrata como el Republicano tienen probabilidades similares de ganar. Por eso se utiliza el término “swing”, porque puede que en una elección gane un candidato demócrata y en una elección siguiente gane un candidato republicano.

Cómo en la mayoría de los estados quién gane el voto popular se lleva todos los electores, estos estados donde la diferencia entre un candidato y otro puede ser mínima son especialmente importantes. Y por eso, se suele decir que un voto en uno de estos verdaderos “campos de batalla” vale más que uno en un estado tradicionalmente “rojo” o “azul”. Es que muchas veces, el resultado de las elecciones dependerá de unos miles de votos en un puñado de estados clave.

Por eso, los candidatos presidenciales concentran sus esfuerzos de campaña

Mientras la mayoría de los votos están en estados de los que se espera la victoria de un candidato con antelación, la pelea por el Colegio Electoral se centra en 93 votos repartidos en los siete estados que en esta ocasión se prevén indecisos –por factores como el cambio demográfico— y que se agrupan en dos zonas geográficas: el Cinturón de Óxido (Rust Belt), la región del Nordeste y Medio Oeste que solía ser el motor industrial del país y hoy en decadencia, y el Cinturón del Sol (Sun Belt), la franja que se extiende de costa a costa en la parte sur del país.

De los llamados estados péndulo, el que tiene más peso es Pensilvania (19 votos), y aunque no son mayoría como en estados del suroeste, allí juegan un rol crucial los votantes hispanos, la población que más rápidamente ha crecido en la última década. La mayoría tienen raíces en Puerto Rico (más de 472.000, según el último censo) y República Dominicana.

Los siguientes estados clave con más votos electorales son Georgia (16) y Carolina del Norte (16), seguidos de Míchigan (15), Arizona (11), Wisconsin (10) y Nevada (6).