Elegí un protector solar con protección de “amplio espectro”. Los protectores solares con esta etiqueta brindan protección tanto contra rayos ultravioleta tipo A (UVA) como los del tipo B (UVB).
Asegurate que tu protector solar tenga un factor de protección solar o SPF (por sus siglas en inglés) por lo menos de 30. El número SPF (o FPS) es el nivel de protección que el protector solar brinda contra los rayos UVB. Entre más elevado sea el SPF mayor es el nivel de protección, pero cuanto más alto es el número, menor es la diferencia. Los protectores solares con SPF 15 filtran aproximadamente 93% de los rayos UVB, mientras que los protectores solares con SPF 30 filtran aproximadamente el 97%, los protectores solares con SPF 50 filtran alrededor del 98% y los que tienen SPF 100 aproximadamente el 99%.
Si la etiqueta frontal de un producto afirma que este es “resistente al agua”, la misma debe especificar si dura por 40 minutos u 80 minutos al nadar o transpirar. Para obtener mejores resultados, volvé a aplicarlo al menos cada 2 horas e incluso con mayor frecuencia si estás nadando o transpirando.