
China celebró hoy miércoles un masivo desfile militar en el centro de Beijing para conmemorar el 80º aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial.
El desfile presentó cientos de armas avanzadas y contó con la participación de más de 10.000 soldados, mostrando el creciente poder militar de China bajo el impulso de Xi para modernizar el ejército permanente más grande del mundo.
En su discurso, el presiodente Xi Jinpingo pidió a la población “recordar la historia” y honrar a los veteranos que lucharon en la guerra contra Japón durante la Segunda Guerra Mundial.
Xi ofreció su “agradecimiento sincero” a quienes hicieron “importantes contribuciones” a la resistencia china en el conflicto, en un acto cargado de simbolismo político y militar.
Tras señalar que el pueblo chino hizo una importante contribución a la salvación de la civilización humana y a la defensa de la paz mundial con un inmenso sacrificio en la guerra, Xi instó a las naciones a “eliminar las causas profundas de la guerra y evitar que se repitan tragedias históricas”.
El evento fue especialmente significativo por la presencia del presidente de Rusia, Vladimir Putin, y del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en un inédito encuentro público, y una veintena de otros mandatarios del mundo.
También fueron invitados al evento personas que apoyaron la lucha de China en la Segunda Guerra Mundial o sus familiares, provenientes de países como Rusia, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Canadá.
Esta es la segunda vez desde 2015 que China realiza un desfile militar para conmemorar la victoria en el conflicto mundial, referido en el gigante asiático como “Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa” y la “Guerra Antifascista Mundial”.
Tras señalar que el pueblo chino hizo una importante contribución a la salvación de la civilización humana y a la defensa de la paz mundial con un inmenso sacrificio en la guerra, Xi instó a las naciones a “eliminar las causas profundas de la guerra y evitar que se repitan tragedias históricas”.
Japón se rindió oficialmente el 2 de septiembre de 1945 con la firma del Acta de Rendición Japonesa, por eso, Beijing designó el 3 de septiembre como el Día de la Victoria. China fue el segundo país con más víctimas en la Segunda Guerra Mundial, con alrededor de 20 millones de muertos, la gran mayoría de los cuales fueron civiles, aunque los crímenes de guerra comenzaron mucho antes, con repetidas incursiones japonesas en tierras chinas, y con antecedentes como la feroz masacre de Nanjing de 1937, la ciudad en la que las fuerzas niponas mataron a 300.000 civiles.
Una exhibición de poderío militar
Más de 50.000 espectadores se reunieron para ver vehículos militares, misiles, drones y otras armas desfilar por Beijing, según la cadena estatal CCTV.
Más de 10.000 efectivos militares, junto con más de 100 aviones y cientos de armamentos terrestres, se organizaron en formaciones de acuerdo con un sistema de mando de tiempos de guerra. El nuevo sistema de servicios y armas del Ejército Popular de Liberación (EPL), resultado de las reformas militares bajo el liderazgo de Xi, fue mostrado por primera vez.
Los avanzados armamentos que fueron presentados en esta ocasión incluyen equipos de inteligencia no tripulados y armamentos para contrarrestar el equipamiento no tripulado, misiles hipersónicos, armas de energía dirigida, sistemas de interferencia electrónica y armamento estratégico capaz de realizar ataques globales.
China presentó sus misiles balísticos intercontinentales más nuevos en años, transportando las enormes armas DF-61 sobre plataformas móviles. La designación DF-61 se vio por última vez en la década de 1970, según el Instituto para la Investigación de la Paz y la Política de Seguridad, con sede en Alemania.
Se exhibieron láseres de defensa aérea, incluyendo un láser de gran tamaño que, según la televisión estatal, se instalaría en buques de guerra. También se mostró a los espectadores una versión terrestre del arma.
Dos drones submarinos extragrandes también debutaron en el desfile, con imágenes que los muestran empequeñeciendo a los soldados que estaban cerca.
La reacción
La exhibición de armamento se produce en un contexto de crecientes tensiones con Taiwán. Su presidente, William Lai, calificó a China como una “fuerza extranjera hostil” durante un discurso en Taipéi.
Donald Trump, también reaccionó al evento. En un mensaje en su red Truth Social, se preguntó si Xi mencionaría “la enorme cantidad de apoyo y sangre” que, según él, Estados Unidos entregó a China durante la Segunda Guerra Mundial.
“Muchos estadounidenses murieron en la búsqueda de China por la victoria y la gloria. Espero que sean justamente recordados por su valentía y sacrificio”, escribió Trump.
El mandatario aprovechó además para lanzar un mensaje a Putin y Kim Jong-un:
“Por favor, transmitan mis más cálidos saludos a Vladimir Putin y a Kim Jong-un, mientras conspiran contra los Estados Unidos de América”, concluyó en un irónico comentario hacia los líderes de Rusia y Corea del Norte.