Cristina Fernández de Kirchner consideró que el Gobierno del expresidente Mauricio Macri “fue horrible para la gente” y aseguró que existe “una casta de economistas que tuvieron un rol fundamental para instrumentar el modelo neoliberal”.
La Vicepresidenta presentó este sábado en la Umet la reedición de un libro sobre conversaciones entre el expresidente Néstor Kirchner y el académico Torcuato Di Tella, a 20 años de su publicación.
Al reaparecer en público, respondió a los que le cuestionaban un silencio luego del resultado de las PASO y recordó que vaticinó que sería “una elección atípica y de tercios”.
En el acto, también recordó que la estatización de la deuda externa durante la última dictadura militar “fue Carlos Melconian”, asesor económico de la candidata presidencial de Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich.
Además, contó que la contactaron desde la Fundación Mediterránea para tener una reunión con el economista en junio del año pasado.
Durante la alocución dejó varias definiciones políticas y económicas:
– “Tener un auto o una casa, no es de derecha o de izquierda, sino más bien es peronista”.
– El modelo neoliberal “se cayó” en Argentina “una vez por hiperinflación y otra por deflación”, y afirmó que en Economía “no se puede hacer ficción porque la realidad termina estallando”.
– El expresidente Néstor Kirchner “nunca habló de herencia y se puso a laburar”, y que su espacio político “dejó una deuda reestructurada y sin el FMI en el país”.
– “Solo cuatro países son los que tienen superávit fiscal”. El déficit fiscal “no es la causa de la inflación en Argentina”.
– “Es mentira que la gente se haya derechizado”, y reclamó discutir las políticas sociales para que “no sean algo permanente”.
– “Es imposible usar una motosierra si no dan los números”, y si “no discutimos entre nosotros las condiciones” de la realidad “nos las van a imponer desde afuera”.
– “La labor que tienen los militantes es decirle a la gente cuál es la verdad para que decida libremente”.
El libro “Después del derrumbe. Conversaciones de Torcuato Di Tella y Néstor Kirchner” aborda el rol clave del Estado en la organización económica y en la articulación social como punto de partida hacia un proyecto nacional que tenga como eje la reindustrialización del país, “mediante un ordenado proceso de sustitución de importaciones”, con impulso del mercado interno y “una agresiva estrategia exportadora”.
“Creo en un proyecto nacional; no sé por qué se asustan y se preocupan tanto, si lo único que digo es que reconstruyamos un capitalismo nacional en Argentina”, fue una de las respuestas que Kirchner, en el 2003, aún candidato a presidente, le dio al sociólogo Di Tella en una serie de charlas mantenidas tiempo antes de las elecciones generales de ese año y que fueron sintetizadas en el libro.
Reeditado a 20 años de la primera publicación, por iniciativa de la Escuela Justicialista Néstor Kirchner, el libro exhibe un diagnóstico de la coyuntura nacional y mundial de comienzos de siglo y la matriz del pensamiento político del expresidente, quien abogó entonces por “volver a movilizar a la sociedad”.
“Es imperativo impulsar una agresiva política industrial por ser la actividad más dinámica para generar riqueza genuina, elevar la productividad global, mejorar la recaudación fiscal y, por lo tanto, crear aceleradamente puestos de trabajo. La reindustrialización es la clave”, respondió Kirchner cuando Di Tella le preguntó si era necesario desarrollar una política industrial o, en cambio, “dejar que el mercado y el flujo de inversiones” decidieran el rumbo.
Estas conversaciones estaban enmarcadas en una Argentina aún resquebrajada tras la profunda crisis política, económica y social del 2001, resultante de una década de políticas neoliberales -implementadas primero por Carlos Menem y luego por Fernando de la Rúa-, en la que “el mercado y el economía desalojaron al Estado y a la política (…), en una aceptación explícita de la teoría del derrame”.
“Lo único que derramó esa teoría fue miseria”, afirmó Kirchner respecto a esa premisa liberal que defiende la idea en torno a que la riqueza producida por el mercado redundaría ´per se´ en un beneficio para toda la sociedad, es decir sin intervención estatal en la distribución de los recursos nacionales.
Por el contrario, Kirchner defendió la aplicación de políticas de articulación entre el Estado y el mercado que superaran “la acción pendular de haber pasado de un Estado omnipresente a un Estado desertor”.
Con información de la