Las recusaciones fueron rechazadas ya que los jueces aducen que no hay pruebas para demostrar falta de imparcialidad de los magistrados y argumentan que la acción fue una suerte de “chicana judicial” que solo buscaba entorpecer y aletargar el proceso.
Lo llamativo del proceso es que el Tribunal Oral Federal 2 está conformado por tres jueces, dos de ellos recusados, Uriburu y Gorini. Andrés Basso es el tercer integrante. En lugar de apartarse y convocar a otros magistrados para tomar la decisión, decidieron juzgarse a sí mismos y a los fiscales acusados.
El abogado de la vicepresidenta Cristina Fernández, Carlos Beraldi, presentó previamente el pedido de que exista un “tribunal independiente” que juzgue las recusaciones. Sin embargo, no se hizo lugar a dicho pedido.
Los fiscales Luciani y Mola contestaron la recusación de forma oral. Rechazaron con énfasis la posibilidad de apartarse del caso y expresaron que no hay motivos para dudar de su “objetividad”.
La causa investiga supuestos delitos con la obra pública en Santa Cruz entre 2003 y 2015. El proceso del juicio continuará con las audiencias a partir del martes.
La defensa de Cristina Fernández de Kirchner podría apelar las recusaciones y recurrir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Los motivos de las recusaciones
Luciani fue recusado por el abogado de la expresidenta por su supuesta amistad con un integrante del TOF2 Rodrigo Giménez Uriburu, con quien integró el equipo de fútbol Liverpool que disputó encuentros en la quinta Los Abrojos, del expresidente Mauricio Macri.
La denuncia fue difundida por las redes sociales de Cristina Fernández de Kirchner. A ese planteo se sumaron luego los abogados defensores de Lázaro Báez, del exfuncionario Julio De Vido, de Carlos Kirchner y de José López.
El juez Gorini fue recusado por la denuncia de imparcialidad que surge a partir de conocerse que visitaba la Casa Rosada cuando Mauricio Macri era presidente y mantenía encuentros con a la exministra del mismo gobierno, Patricia Bullrich.