El Tribunal Oral Federal n° 1 condenó a prisión perpetua a dos oficiales del Grupo de Artillería 1 de Ciudadela por los delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención tortura conocido como “Sheraton”.
Se trata de Alejandro Federico Salice y Roberto Horacio Sifón, jefes de las secciones de logística y finanzas de esa unidad militar que tenía a su cargo la jefatura del área 114 y el CCDT que funcionó en la subcomisaría de Villa Insuperable.
Se los juzga por los hechos que damnificaron a 28 personas víctimas de privaciones ilegales de la libertad, tormentos y, en tres casos, por sus homicidios.
Entre las víctimas se encuentran Roberto Carri y Ana María Caruso, quienes fueron secuestrados el 24 de febrero de 1977, en Villa Tesei, Morón, y estuvieron en el Sheraton por lo menos hasta fines de diciembre de 1977.
La fiscal federal a cargo de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, María Ángeles Ramos, había pedido que se imponga la pena de prisión perpetua para los dos militares acusados. La fiscalía consideró acreditada la responsabilidad Sálice y Sifón, quien es el primer exoficial especializado en finanzas en ser sometido a un juicio por delitos de lesa de humanidad.
El juicio probó que las víctimas eran sometidas a distintos tipos de tortura, golpes, insultos y amenazas de muerte.
La acusación sostuvo que estas conductas encuadraban en torturas psicológicas, dentro de lo cual también tuvieron en cuenta los gritos de sufrimiento y dolor de las torturas de las otras víctimas.
El Tribunal Oral 1 ya ha juzgado la responsabilidad de otros oficiales del Grupo de Artillería nº 1 Rodolfo Enrique Godoy, segundo jefe y jefe de la Plana Mayor; Manuel Antonio Luis Cunha Ferré, oficial de Inteligencia; Roberto Obdulio Godoy, oficial de Operaciones; Ricardo Alberto Pascual, oficial de personal; el oficial del ejército José María Mainetti y los subcomisarios de Villa Insuperable Juan Alberto Battafarano y Leopoldo Luis Baume.
La subcomisaría de la Policía bonaerense en Villa Insuperable, donde funcionaba el centro clandestino llamado Sheraton, dependía de la Comisaría 3ª de Villa Madero y esta, a su vez, de la Unidad Regional de Morón.
El centro clandestino funcionó en el cruce de las calles Tapalqué y Quintana, en La Matanza, al menos entre octubre de 1976 y octubre de 1978, y se encontraba emplazado en el Área 114, en la que el Grupo de Artillería 1 de Ciudadela era la unidad militar responsable del despliegue de la represión ilegal, bajo el comando del Primer Cuerpo del Ejército.
Las víctimas
El listado de víctimas que, de acuerdo a la acusación fiscal sufrieron privaciones ilegales de la libertad y tormentos, es el siguiente: Pablo Bernardo Szir, Ricardo Aragón Tobar, María Cristina Ferrario, Delia Beatriz Bisutti, Julia Estela Sarmiento, Luis Salvador Mercadal, Héctor Daniel Klosowski, Roberto Eugenio Carri, Ana María Caruso de Carri, Paula Elena Ogando Schuff, María Teresa Trotta de Castelli, Roberto Castelli, Enrique Horacio Taramasco, Adela Ester Candela de Lanzillotti, Héctor Germán Oesterheld, Juan Marcelo Soler Guinard, Graciela Moreno, José Rubén Slavkin, Juan Carlos Scarpati, Juan Carlos Guarino, Marcela Patricia Quiroga, Josefina Lorenzo Tillard, Silvia Angélica Corazza, María del Pilar García Reyes, María Adelaida Viñas y María de las Mercedes Victoria Joloidovsky.
En tanto, los homicidios de Hobert y Maliandi -que forman parte de los hechos arribados a esta instancia- ocurrieron en un domicilio de la calle Martín Fierro de la localidad de Villa Bosch, provincia de Buenos Aires, el 17 de diciembre de 1976. De acuerdo con la investigación, las víctimas fueron rodeadas por agentes del Grupo de Artillería 1 en conjunto con personal de la Policía bonaerense. En ese contexto, Maliandi habría intentado huir y fue asesinada mediante disparos de arma de fuego cuando se hallaba en el fondo de la vivienda, mientras que Hobert habría intentado escapar por la vivienda contigua y fue asesinado por la espalda. En el interior de la casa se encontraban los hijos menores de la pareja, Diego Santiago, de 4 años, y María Alejandra, de 1 año y 9 meses, quienes fueron luego entregados a la abuela materna, Haydeé Fernández de Maliandi.