Capítulo 4

Mina que fue

La mujer en el tango, desde el estereotipo de las letras hasta sus más destacadas cultoras.

Cuando el Tango aprendió a hablar y tuvo letra, habló de la mujer

El tango las conoció, y desde entonces conformaron una pareja. Las mujeres fueron razón de ser, musa y excusa de esta pasión argentina.

En 1916, Pascual Contursi y Samuel Castriota componen “Mi noche triste”, y la mujer se convierte en esa que abandona al hombre y le roba el corazón.

La mujer no solo era aquella que causaba dolor al cantor, sino también una madre dispuesta a sacrificarse por sus hijos y esposo. Este rol femenino se hizo presente en la voz de numerosos tangueros.

Entre 1920 a 1935, aparece la figura de la cancionista, el equivalente feminino al cantor de tango. Allá, a principios del siglo XX, Flora Gobbi, era una de las figuras más representativas del Tango. Fue la primera cantante en grabar tangos en 1905 y una de las fundadoras de la cancionística del mismo. Interpretó, La morocha, una canción compuesto por el músico argentino Ángel Villoldo.

Años tardes, a partir de 1940, las protagonistas tienen nombres propios o seudónimos. Entre ellas se destacan Gricel y Malena.

Las mujeres en el Tango, como así en la vida, fueron ganando espacios con la prepotencia de sus talentos. Azucena Maizani, Tita Merelo, Libertad Lamarque y Mercedes Simone fueron, y son, figuras emblemáticas de un fenómeno que no cesa: las mujeres en el tango. Conversamos con dos de ellas, la dueña de una voz inigualable, Adriana Varela, y la exitosa bailarina, Mora Godoy.