Capítulo 10: Tiempos violentos (1966-1976)

Son años de violencia pero también de una gran esperanza de cambio social. En los que el deseo de liberación crece a la par de la represión.

El 28 de junio de 1966, asumió el mando del país, el general Juan Carlos Onganía, quién contaba con amplio apoyo sociopolítico y aplicó un fuerte programa liberal orientado a satisfacer los intereses de los grandes grupos económicos. Los EE.UU impulsaron la Doctrina de la Seguridad Nacional, que convirtió la persecución del peronismo en la del comunismo y de las guerrillas. El enemigo estaba “fronteras adentro”, para quienes defendían y apoyaban a esta corriente.

La prensa y las manifestaciones culturales fueron censuradas, se intervinieron universidades y se expulsó a profesores opositores. No obstante, las movilizaciones estudiantiles y populares, y la organización guerrillera debilitaron al gobierno provocando un golpe interno. Onganía fue reemplazado por Levingston y en marzo de 1971 asumió Lanusse al mando.

Lanusse propugnó una política conciliatoria, a través del Gran Acuerdo Nacional, que permitió el regreso del líder popular de masas Juan Domingo Perón. Además, llamó a elecciones nacionales sin proscripciones para el peronismo. De este modo, entre 1973 y 1976 ganó las urnas el partido dirigido por Perón.

Los gobiernos peronistas fueron: Cámpora (1973), Lastiri (1973) Perón (1973-1974) e Isabel Perón (1974-1976). Intentaron retomar algunas de las medidas sociales del primer peronismo, como el impulso de la industria y la acción social, el mejoramiento de los sueldos y el control de precios. Sin embargo, conflictos internos del movimiento peronista y la guerrilla no cesaron. Se agravaron aún más en 1974 con la muerte de Perón y la incapacidad de su sucesora, Isabel Perón, de conducir el país. Esta crisis fue aprovechada por grupos militares, quienes no tardaron en terminar con el gobierno democrático y dar un nuevo golpe militar.