Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que hay que “reconstruir el alma del país”, en su primer discurso como presidente electo de Brasil, tras imponerse en el balotaje al mandatario de ultraderecha Jair Bolsonaro.
“Trataron de enterrarme vivo y estoy aquí”, dijo al aceptar la victoria.
Fue después de afirmar que, sin embargo, el triunfo le pertenece “al pueblo de Brasil y a la democracia”.
Le agradeció a “Dios y a pueblo brasileño”, a quienes lo acompañaron durante la ardua campaña, y aseguró: “Vamos a gobernar para todos, no para los que nos votaron”
“El pueblo brasileño tiene derecho a soñar por un Brasil en el que prevelezca el amor”, dijo, conteniendo la emoción.
Una apuesta por la unidad nacional
“La bandera verdeamarilla no le pertenece a nadie”, manifestó. “Nuestro compromiso es terminar con el hambre otra vez. No podemos aceptar como normal que millones no tengan que comer”, añadió.
“Los principales problemas pueden resolverse con diálogo y no con fuerza bruta”, manifestó el líder de izquierda, que el 1 de enero asumirá su tercer mandato.
Esta segunda vuelta corona una de las campañas más violentas en Brasil desde el retorno a la democracia, que incluyó ataques en los que murieron varios seguidores de Lula a manos de partidarios de Bolsonaro.
“No existen dos Brasiles: es hora de bajar las armas”, completó.
“Vamos a restablecer el diálogo para luchar contra el hambre y con el Legislativo, sin intentar cooptar, sino reconstruir la convivencia armoniosa y republicana”, aseguró, después de que la alianza de partidos que apoya a Bolsonaro obtuvo una amplia mayoría en el Congreso en la primera vuelta del 2 de octubre.
“Nuestro compromiso es terminar con el hambre”
En 2022, más de la mitad de la población brasileña –58,7%– vive con algún tipo de inseguridad alimentaria. El número de personas que pasan hambre aumentó de 19 millones a 33,1 millones de personas en poco más de un año.
Por eso, la lucha contra el hambre fue uno de los lineamientos principales del discurso de Lula este domingo: “No podemos permitir que haya brasileños con hambre, viviendo en la calles, con frío, desprotegidos ante la violencia”, votó.
Y dijo que el crecimiento económico necesario para poner al pueblo de pie no puede ser sino soberano: prometió no ceder al extractivismo.
La agenda ambiental
Además, el presidente prometió luchar por la deforestación cero en la Amazonia y dijo que retomará el control de las actividades ilegales en esa región, donde promoverá el desarrollo sustentable.
“Brasil y el planeta necesitan de una Amazonia viva. Un árbol en pie vale más que la deforestación, el río limpio vale más que todo el oro extraído con las aguas contaminadas por mercurio”, manifestó en su primer discurso tras ganarle en el balotaje al mandatario de ultraderecha Jair Bolsonaro, duramente cuestionado por su política ambiental.
Un nuevo mapa regional
El veterano líder de izquierda abogó durante su campaña por relanzar el proceso de integración sudamericana y latinoamericana, reforzando el Mercosur y recomponiendo a la Unasur para poder negociar con las grandes potencias en pie de mayor igualdad.
En su discurso, renovó los votos. “Vamos a fortalecer la Celac, Unasur, el Mercosur, los BRICS”, dijo. “Le decimos basta a la política que hizo de Brasil una paria en el mundo”, cerró.