Volvió una noche. Y la rompió Darío Benedetto. Y Boca se adjudicó la Supercopa Argentina para agregar otra estrella en su escudo y otro trofeo en su autoestima.

Boca llegó a esta instancia por haber sido el campeón de la Liga Profesional y Patronato, de la Copa Argentina. En estos noventa minutos de juego no hubo equivalencias. Boca expuso su jerarquía y Patronato no pudo impedir la goleada.

De este modo el Xeneize sumó el título número 74 en su historia. Y no es una estrella más teniendo en cuenta que a nivel local mira a todos desde arriba, ya que llegó a las 52 (35 ligas y 17 copas), dejando a River (51) en segundo lugar.

Había jugado dos partidos en 138 días Benedetto. Desde afuera veía pasar los partidos, hasta que le llegó la hora de la revancha: esta vez, ante Patronato, en el estadio Único Madre de Ciudades de Santiago del Estero, satisfizo su voracidad con tres gritos de gol.

Abrió la cuenta sobre el final del primer tiempo cuando empujó la pelota tras un centro desde la izquierda de Figal, y aumentó en el complemento, primero con un cabezazo de pique al suelo y más tarde al capturar un envío de Fabra.

Un gesto en la definición del Trofeo de Campeones le había significado una sanción de cuatro fechas a Benedetto que no corrió para la Supercopa Internacional pero sí para la Liga Profesional. Por eso debió esperar esta nueva chance.

Mientras tanto veía cómo Miguel Merentiel sumaba méritos para quedarse con el puesto.

Para este encuentro ante Patronato el técnico Hugo Ibarra decidió cambiar medio equipo respecto de la formación inicial que presentó en el triunfo ante Vélez, el sábado en Liniers. Y Benedetto no dejó pasar la oportunidad.

Su gesto después de haber convertido el 1-0, mostando el 9 en su espalda, pareció marcar la cancha en un momento clave. Justo en la irrupción de Merentiel.

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— Boca Juniors (@BocaJrsOficial) March 2, 2023