Mientras el plantel de Boca ya se encuentra instalado en los Estados Unidos, de cara al inicio del Mundial de Clubes, el presidente del club Juan Román Riquelme no viajó con la delegación ya que tratará definir en Buenos Aires el regreso de Leandro Paredes, esa joya de Selección por la que viene insistiendo desde hace mucho tiempo.
Este domingo en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, el primer equipo de Boca emprendió vuelo hacia Miami para disputar el Grupo C del Mundial de Clubes de la FIFA donde debutará el próximo lunes ante el Benfica de Portugal en el Hard Rock stadium.
Riquelme no formó parte de esta delegación ya que se quedó en Buenos Aires para reunirse nuevamente con el mediocampista campeón del mundo y de presente en la Roma de Italia.
En Boca apuntan a sumar al jugador para el segundo semestre del año con doble competencia y no para el Mundial de Clubes, para el cual ya está descartada su presencia.
Tras una charla entre Riquelme y Paredes, el club de la Ribera decidió acercarle una propuesta contractual al mediocampista oriundo de la localidad matancera de San Justo. En caso de llegar a un acuerdo entre ambas partes, Boca avanzará para ejecutar la cláusula de rescisión de 3,5 millones de dólares que el jugador tiene en la Roma.
Por otro lado, Malcom Braida se convirtió oficialmente en el segundo refuerzo de Boca para el Mundial de Clubes. Luego de una negociación extensa y con varios vaivenes, el Consejo de Fútbol cerró la operación con San Lorenzo en una cifra cercana a los 1.800.000 dólares brutos, apenas por encima de la cláusula de rescisión.
Con Braida ya en camino y Marco Pellegrino sumándose a pesar de una molestia muscular que podría dejarlo afuera de la fase de grupos, en Boca el foco se traslada ahora al tercer refuerzo: Leandro Paredes, nada más y nada menos.