El 19 de septiembre, Edgardo Sanoner, de 84 años, llegó al departamento de su hija junto a un cerrajero.
Hacía tres semanas que no la veía ni podía hablar con ella y estaba preocupado.
Antes de entrar, llamó a la Policía.
En en baño, encontraron a Laura Sanoner. El cadáver tenía la cabeza cubierta con una sábana blanca y una media de lana que le cubría la boca.
La autopsia determinó que había sufrido una asfixia mecánica por sofocación.
El móvil del homicidio habría sido el robo. El mismo día en que se supone fue el crimen, Arener se compró una moto por la que pagó 990.000 pesos en efectivo, según se desprende del expediente judicial.
A fines de agosto pasado, el sospechoso habría comprado un Volkswagen Vento por US$16.200 que habría puesto a nombre de su actual pareja, Pamela G., procesada por el delito de encubrimiento.
Denuncia previa
Hace seis años, el 23 de octubre de 2016, Sanoner había denunciado a Arener.
La mujer sostuvo que ese hombre había sido su pareja y que, tras la separación, le sustrajo 40.000 dólares, 50.000 pesos, alhajas y teléfonos celulares.
Tras el hallazgo del cadáver, la causa quedó radicada en el Juzgado en lo Criminal y Correccional porteño N°13, subrogado por el magistrado Gustavo Pierreti y la fiscalía descentralizada de Núñez-Saavedra, a cargo del fiscal José María Campagnoli.
Arener fue procesado por el delito de homicidio triplemente agravado por el vínculo, por haber sido cometido criminis causae y mediante violencia de género. Se trabó un embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de 15.000.000 de pesos.
Según consta en el expediente judicial, el crimen “ocurrió en una fecha aún no determinada, pero que podría haber tenido lugar entre el 16 de agosto pasado, data del último registro del teléfono de la víctima, y, cuanto menos, 15 días antes de que el cadáver fuera hallado el cadáver”.
Los investigadores sospechan que antes de ser asfixiada, la víctima fue torturada por el asesino para que le dijera la clave de la caja fuerte del departamento, que estaba vacía cuando se descubrió el homicidio. Una de las últimas veces que vio a su hija, Edgardo Sanoner le había regalado 8000 dólares.
“Si bien, repito, de momento se ignoran las circunstancias de tiempo, puede conjeturarse que Arener, sabiendo que su expareja acumulaba una abultada suma de dinero en su vivienda y que tenía plata guardada en el placard, accedió al departamento sin el consentimiento de la víctima, para lo cual, quizás, podría haber utilizado la tarjeta de acceso y/o llave del departamento que conservó de su antigua relación amorosa, ello con el designio de apoderarse ilegítimamente de bienes de Sanoner y matarla a efectos de preparar o facilitar el robo y/o procurar su impunidad”, afirmó el magistrado al fundamentar el procesamiento con prisión preventiva.
El juez no pasó por alto que Arener había sido condenado en la provincia de Santa Fe a la pena de 20 años de cárcel por un crimen en ocasión de robo.
La condena vencía en el 13 de agosto de 2018, pero el homicida estaba prófugo porque en 2013 no había regresado a la cárcel después de una salida transitoria.