
El puertorriqueño Bad Bunny será el protagonista del espectáculo del descanso de la Super Bowl de 2026 en la localidad californiana de Santa Clara, según comunicó la NFL.
Bad Bunny toma el relevo del show después de que Kendrick Lamar lo hiciera este año en Nueva Orleans en la final de fútbol americano entre los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles. La Super Bowl de 2026 se disputará en el Levi’s Stadium, la cancha de los San Francisco 49ers, el próximo 8 de febrero.}
“Lo que siento va más allá de mí. Es para los que vinieron antes que yo y recorrieron infinitas yardas para yo pudiera llegar y anotar un touchdown… esto es para mi gente, mi cultura y nuestra historia. Ve y dile a tu abuela, que seremos el HALFTIME SHOW DEL SUPER BOWL”, aseguró el cantante al conocer la noticia.
“Bad Bunny representa la energía y la cultura vibrante que definen la música de hoy en día. Como uno de los artistas más influyentes del mundo, su habilidad única de unir géneros, lenguajes y públicos le convierte en una elección emocionante para subir al escenario en el descanso de la Super Bowl”, afirmó al respecto Jon Barker, directivo de la NFL.
El artista ganador de tres premios Grammy actuará en un espectáculo del descanso del Super Bowl que Apple patrocina desde 2023, buscando el impacto publicitario del evento deportivo más seguido en Estados Unidos.
El de Vega Baja, de 31 años y que ya compartió escenario con Shakira en el descanso del Super Bowl de 2020, como invitado, viene de una gira de casi dos meses de conciertos prácticamente consecutivos en el Coliseo de San Juan de Puerto Rico.
Ahora, el creador de álbumes como Un verano sin ti, YHLQMDLG, Nadie sabe lo que va a pasar mañana o, el más reciente, Debí tirar más fotos -con más de 7.000 millones de reproducciones en Spotify- se une a una lista que incluye artistas como Lady Gaga, Michael Jackson, Beyoncé, Rihanna o Jennifer López.
En las redes, sus fans argentinos estallaron: “Es el primer cantante en tocar en Pinar de Rocha y en el Super Bowl”, recordaron jocosamente, aludiendo a las primeras y humildes giras del ahora estrella internacional, que no sólo actuó en el legendario boliche de Ramos Mejía, sino también en otras ciudades argentinas como Tucumán, La Plata y Quilmes.