Aquel apretado 1-0 sobre Túnez en el debut valió oro para Australia. Y ni hablar de este otro triunfo por la mínima diferencia frente a Dinamarca.
Australia aprovechó ante los escandinavos una de las pocas situaciones que tuvo en un partido muy cerrado, y una vez que llegó al gol se cerró con la eficacia suficiente como para no poner en riesgo la victoria.
A lo largo del primer tiempo los daneses asumieron el protagonismo. Posesión de pelota y dominio territorial, de todos modos, no le alcanzaron para traducir ese dominio en goles.
La inoperancia en los últimos metros del Estadio Al Janoub le impidieron inflar la red del arquero Mathew Ryan, quien le contuvo un potente derechazo a Mathias Jensen y le tapó con los pies un centro rasante a Jesper Lindström.
En la segunda parte Dinamarca siguió insistiendo, llevado de la mano de Christian Eriksen, mientras Australia apostaba al contraataque.
Sobre el cuarto de hora del complemento, Mathew Leckie se escapó con pelota dominada, se acomodó para la zurda y la clavó contra un palo para el 1-0.