Intento de magnicidio en Asia

Atentan contra el líder pakistaní Imran Khan

El ex primer ministro de Pakistán, Imran Khan, fue herido a disparos en una pierna cuando participaba en una marcha de protesta en Wazirabad, en el este del país, para pedir elecciones adelantadas.

Atentan contra el líder pakistaní Imran Khan

El exprimer ministro Imran Khan fue atacado a balazos hoy durante un mitin político.

Sus partidarios dijeron que fue un intento de asesinato y que otras cuatro personas resultaron heridas.

Aunque aún no está claro si recibió los balazos en el pie o en la pierna, el líder, de 70 años, no se encuentra en peligro.

“Gracias a Dios Imran Khan está a salvo”, informó en Twitter Azhar Mashwani, un miembro destacado de su partido, el Pakistan Tehree-e-Insaf (PTI), quien aseguró que el hombre que realizó los disparos al paso de la marcha por Wazirabad ha sido “arrestado”.

Otro líder del partido, Assad Umar, explicó al canal local ARY que Khan resultó herido en una pierna.

Al momento del intento de magnicidio, Khan lideraba una marcha hacia la capital Islamabad, con el propósito de exigir elecciones anticipadas, después de su destitución.

La marcha sea enmarca en las acciones que el expremier lleva a cabo desde abril, con apoyo de gran parte de la población, después de que su mandato llegara a su fin de manera prematura, tras una moción de censura promovida por el actual Gobierno.

De acuerdo con Khan, su derrocamiento fue promovido por una alianza de varios partidos liderada por la Liga Musulmana de Pakistán de Sharia bajo órdenes de Estados Unidos.

Quien es Imran Khan

Una figura polarizante, Khan se reconvirtió de estrella máxima del deporte de su país al líder más popular de Pakistán.

Capitán y mejor jugador de la selección nacional de cricket, el deporte que enloquece a los pakistaníes, Khan fue una pieza vital de la obtención de la única Copa del mundo en esa disciplina ganada por su país.

Luego de jugar y vivir en Inglaterra, comenzó su trayectoria política en Islamabad en 1990, y fue escalando su participación progresivamente, hasta alzarse con la primera magistratura por un margen histórico en las elecciones de 2018.

En Pakistán, un país de 200 millones de habitantes, con capacidad nuclear y una posición geoestratégica clave, ningún primer ministro llegó jamás a cumplir los cinco años del mandato constitucional.

Todos fueron removidos o derrocados con golpes de estado, auspiciados por la poderosa corporación militar de la nación vecina a la India.

Como jefe de Gobierno aprovechó su imagen incorruptible y el hartazgo de la sociedad hacia los partidos tradicionales, que habían capitalizado el poder durante décadas de la mano del Ejército.

Durante la pandemia de Covid-19, su decisión de no imponer cuarentenas estrictas, que según él habrían “matado de hambre” a la gente, resultó popular entre la sociedad.

No obstante, la situación económica y sus decisiones controvertidas acabaron por pasarle factura. La elevada inflación, la depreciación de la rupia desde julio del pasado año y el aumento de la deuda, debilitaron su imagen y su acción de gobierno.

El deterioro de la situación de seguridad, sobre todo desde la llegada de los talibanes en Afganistán a mediados de agosto, contribuyó especialmente a sus dificultades.

Su política exterior alejada de Washington también lo puso en la mira del ejército de su país.

Desde su derrocamiento, movilizó a cientos de miles de pakistaníes que piden su retorno al poder.

Sin embargo, con diferentes argumentos, el establishment político le niega la posibilidad de volver a presentarse a elecciones.