
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó la presencia militar de Estados Unidos en el Caribe, durante una cumbre virtual de los BRICS celebrada este lunes y reclamó, a días de una nueva Asamblea de la ONU, que su país tenga un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Durante su intervención en la cumbre virtual de los BRICS convocada por Brasil, Lula recalcó que América Latina y el Caribe es una región de paz desde la firma en 1968 del Tratado de Tlatelolco, que consagró la prohibición del uso de armas nucleares en la región.
El gobernante brasileño hizo estas declaraciones en alusión al reciente despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, que incluye ocho barcos militares con misiles y un submarino de propulsión nuclear, en aguas cercanas a Venezuela.
Las tensiones aumentaron la semana pasada a raíz del ataque realizado por las fuerzas de Estados Unidos contra una lancha que supuestamente había partido de Venezuela con once personas abordo y que, según Washington, eran narcotraficantes.
En su intervención en la cumbre virtual, Lula también instó a los BRICS a seguir defendiendo el multilateralismo “con una sola voz” en los foros internacionales y, en especial, en la ONU.
El Consejo de Seguridad, un objetivo
Tener voz y voto de manera permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es una ambición de larga data del ex dirigente obrero, que esta semana pidió el apoyo de los BRICS a los esfuerzos de Brasil para impulsar su ampliación, una de las metas de Brasilia rumbo a una nueva Asamblea General, que comienza el 23 de este mes.
“En dos semanas estaremos reunidos para la 80° Asamblea General de la ONU, que será una oportunidad para que hablemos en una sola voz en defensa de un multilateralismo revigorizado”, expresó el mandatario durante su intervención en la reunión realizada en formato virtual con los presidentes de las naciones que conforman los BRICS.
Propuso avanzar “en la reforma en el Consejo de Seguridad de la ONU, con miembros permanentes y no permanentes de América Latina, África y Asia”. En 2024, frente al pleno de naciones, da Silva definió a la exlusión de esas regiones del Consejo como “un eco inadmisible de las prácticas de dominación propias de un pasado colonial”.
La propuesta conjunta de los BRICS demostró que el bloque pudo superar discrepancias y alcanzar un consenso este domingo para avalar la propuesta.
“Reafirmamos nuestro apoyo a una reforma integral de las Naciones Unidas, incluido su Consejo de Seguridad, con el objetivo de hacerlo más democrático, representativo, eficaz y eficiente”, señala el documento final del encuentro.
Rusia y China pidieron en la declaración final que Brasil e India ejerzan un papel más preponderante en las decisiones globales y en las de la ONU, especialmente en el Consejo de Seguridad, pero se abstuvieron de incluir a Sudáfrica, por las discrepancias manifestadas por Egipto y Etiopía.
Estas dos últimas naciones lideran una posición conjunta sobre la reforma del Consejo de Seguridad, pero rechazan que un solo país del continente africano tenga un trato preferencial, demandando una representación más equitativa.
Contra los aranceles
Además, Brasilia se expresó contra los aranceles impuestos en represalia por el juicio a Bolsonaro. “El gobierno brasileño condena el uso de sanciones económicas o amenazas del uso de la fuerza contra nuestra democracia”, afirmó una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El Gobierno brasileño reiteró que los poderes de la República “no se intimidarán ante cualquier forma de atentado” a la soberanía y repudió “el intento de fuerzas antidemocráticas de instrumentalizar a gobiernos extranjeros para coaccionar las instituciones nacionales”.
El fantasma de una nueva represalia del Gobierno de Estados Unidos a Brasil aumentó esta última semana, en la que comenzó la fase final del juicio por golpismo que enfrenta el líder de la ultraderecha y siete de sus antiguos colaboradores. El martes, dos jueces del panel de cinco del Supremo Tribunal brasileño votaron a favor de condenar a Bolsonaro por liderar una conspiración criminal para anular las elecciones, acercando la decisión a la mayoría necesaria para confirmar la condena.
Trump “no teme usar el poder económico y militar para proteger la libertad de expresión alrededor del mundo”, había dicho la portavoz de la Casa Blanca Karoline Leavitt, consultada sobre posibles nuevas medidas contra Brasil