
El portugués Paulo Bento, entrenador de Corea del Sur, se encontró de entrada con la realidad cuesta arriba ante el seleccionado de su país natal: a los 5 minutos ya ganaba Portugal.
De este modo, Cristiano Ronaldo y compañía se transformaban en los primeros en cosechar los nueve puntos de la ronda inicial.
Pero, acaso relajado por la clasificación asegurada, Portugal mermó la marcha y Corea del Sur equilibró la pulseada al promediar el primer tiempo. Y llegó al empate.
De todos mdos, el empate se mantuvo firme hasta el último instante del partido. Y con ese resultado la clasificación quedaba en poder de Uruguay.
Pero todo cambió cuando Hwang Hee-Chan, que había ingresado durante la segunda etapa, se llenó la boca de gol. Casi no quedaba margen para cambiar nada. Y nada cambió. Y Corea del Sur fue un manojo de abrazos y celebraciones.
El lunes, en el estadio 974, irá por otra utopía: llegar a los cuartos de final.