Violencia machista

Un femicidio cada 26 horas: los límites de un Poder Judicial sin perspectiva de género

Guadalupe Curual, la sexta víctima de femicidio en quince días, volvió a dar cuenta de la urgencia del reclamo por políticas que hagan frente a la violencia machista. Ella había radicado al menos tres denuncias por violencia de género contra Bautista Quintrinqueo, así y todo, la persiguió y asesinó en plena calle céntrica de la localidad patagónica de Villa La Angostura. hablamos con la abogada Mónica Menini, quien reclamó más capacitación en perspectiva de género al Poder Judicial, y recibimos en el piso a Natalia Gherardi, directora del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, quien analizó el contexto legal y social de los femicidios.

Cuando una mujer decide denunciar que está en situación de violencia de género se encuentra en un laberinto judicial, con falta de coordinación entre juzgados e instituciones, con ausencia de controles a victimarios, sin medidas de protección adecuadas, una síntesis de las falencias.

Natalia Gherardi, habló de que “siempre hay eslabones previos, momentos de alarmas previas que muchas veces las propias víctimas finalmente advirtieron”, pero advirtió que generalmente “las advertencias no fueron suficientes para generar buenos mecanismos de respuesta”.

En ese sentido, afirmó que los “diferentes organismos del estado, las diferentes instituciones, sin duda la justicia y las fuerzas de seguridad, pero también los gobiernos nacional provinciales y municipales debieran estar más cerca de cada uno de estos casos”.

Mónica Menini, en tanto, puso el foco en el Poder Judicial: “durante muchos años dijimos ‘denunciá’, porque veíamos que no denunciaban. Ahora denuncian y denuncian 1, 2, 3, 15 veces y no hay respuesta. ¿Cuál es la respuesta? la respuesta es un informe con un oficio que dice rápidamente una exclusión del hogar, una prohibición de acercamiento pero ningún seguimiento de esa tarea de parte del poder judicial”.

Otra cosa que sucede, explicó la abogada, es que “las mujeres son las que tienen el botón antipánico, las que tienen la policía en la puerta, las que no se pueden mover de su casa. Ellas viven como delincuentes y los otros, en palabras de ellas, andan por ahí de lo más pancho”.

Finalmente pidió que el Poder Judicial tenga “capacitación específica”, en materia de violencia patriarcal. “Está teniendo más capacitaciones específicas una compañera en un comedor que un fiscal en este país”, aseguró.
La directora ejecutiva del ELA por su parte, señaló que “la denuncia no le pone fin al problema”, incluso aseguró que “muchas veces puede acrecentar el problema”, ya que genera “mayor momento de riesgo”.

En tanto, explicó que la denuncia “es un momento clave para que el estado tenga intervención, tenga una respuesta más fortalecida, que es por supuesto lo que no pasa en muchos de estos casos”, aunque advirtió que esta afirmación no va en detrimento de la denuncia, sino que es necesario “activar el mecanismo para que precisamente la denuncia no active la reacción del violento”.

“Hay que enfocar más la responsabilización del estado en todos los niveles, para que la articulación de las políticas públicas no sean solamente títulos y se hagan concretos en la vida cotidiana de muchas mujeres”, finalizó Gherardi.


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