Sociedad

Comienzan los interrogatorios por la muerte de Maradona

Uno de los enfermeros que cuidaba a Diego Armando Maradona iniciará este lunes los interrogatorios en el expediente que buscan determinar responsabilidades en la muerte del ídolo futbolístico y tiene siete imputados del delito homicidio simple con dolo eventual.

El trámite será en la sede de la Fiscalía General de San Isidro (Acassuso 476), y estará a cargo de los tres fiscales de la causa: Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Laura Capra.

El primero en declarar será Ricardo Omar Almirón, empleado de la empresa “Medidom”, tercerizada por la prepaga Swiss Medical para el cuidado domiciliario de Maradona en la casa del country San Andrés de Tigre donde había sido trasladado para una supuesta internación domiciliaria y donde falleció el pasado 25 de noviembre.

Almirón, de 38 años, cuidaba a Maradona durante la noche y madrugada (fue el último en verlo con vida) y se lo acusa de no asistir al paciente “a sabiendas de su delicada situación y con conocimiento de que muy probablemente tal omisión llevaría al desenlace fatal que finalmente ocurrió”.

Para los fiscales, “los días previos no pudieron advertir los signos y síntomas compatibles con insuficiencia cardíaca que ya eran evidentes y detectables”.

El enfermero declaró que a las 6.30 del 25 de noviembre, antes del cambio de guardia con la otra enfermera, fue a la habitación y lo notó “durmiendo y respirando normalmente”. Reconoció que esa mañana se acercó pero no controló los signos vitales porque según dijo: “Diego no quería que lo molestemos”.

Según explicó que los primeros días se hacían controles “cada dos horas” pero “Diego se perturbó” por esa situación y luego dejaron de hacerse con esa frecuencia.

Almirón criticó las condiciones de la internación domiciliaria en la que trabajaba, al señalar: “En ningún momento nos indicaron que era un paciente con afecciones cardíacas, nunca vi una epicrisis donde observar sus antecedentes. Solo nos dieron la indicación de la Dra. Agustina (Cosachov) y que básicamente era suministrar medicación psiquiátrica”.

Y agregó: “No contábamos con elementos de emergencia, solo con la posibilidad de activar un código rojo, pero no teníamos los elementos de UTIM, que sería la Unidad de Terapia Intensiva Móvil, que se solicitan para pacientes complejos y que se componen de tubo de oxígeno, cardiodesfibrilador, monitor, etc”.

El miércoles declarará Dahiana Gisella Madrid, de 36 años, enfermera del turno mañana y tarde y se le imputa lo mismo que su colega Almirón. En su primera declaración, la mujer explicó que aquella mañana nunca ingresó a la habitación de Maradona para dejarlo descansar porque sabía que al mediodía venían la psiquiatra y el psicólogo, y relató cómo ella misma encabezó las maniobras de RCP que fueron infructuosas.

Los fiscales la volvieron a citar cuando descubrieron que había escrito un informe para la empresa “Medidom” en el que constaba que aquella mañana había intentado controlar a Maradona y que él se había negado. En una segunda testimonial, reconoció que ese informe era trucho y que lo hizo por pedido de su supervisor, Mariano Ariel Perroni, que declarará el viernes.

Perroni, de 40 años, era el coordinador de enfermeros de Medidom y los fiscales le imputan que “teniendo pleno conocimiento de lo que se hacía y de lo que no, en especial del manejo de los enfermeros para con el paciente, completó las planillas de las correspondientes atenciones, omitiendo plasmar sus asientos de forma completa y adecuada, consignando deliberadamente información que no se condecía con el real estado y atención médica que Diego Armando Maradona recibía”.

“El imputado, a sabiendas de la situación de peligro que creaba su comportamiento, apareciendo el resultado como previsible y evitable (…), demostró un comportamiento desinteresado e indiferente frente a la situación de emergencia”, agregaron. “Luego de ello, con la intención de ocultar su accionar, los dos enfermeros Madrid y Almirón, en connivencia con Perroni, consignaron falsamente en la hoja de enfermería, que el paciente había sido revisado en diversas oportunidades”.

Al declarar en la causa, Perroni había aclarado que nunca fue a la casa de la internación domiciliaria porque sus tareas eran la de “llevar el presentismo, solicitar informes de cambio de guardia y todas cuestiones atinentes a la organización administrativa de personal”.

“El grupo -señaló el imputado- realizaba hojas de enfermería en las cuales se plasmaba los controles de signos vitales, la medicación administrada y cómo se lo observó al paciente en la guardia” y que todo ello se lo entregó a otra de las imputadas, Nancy Edith Forlini (52), coordinadora para Swiss Medical de la internación domiciliaria de Maradona y a quien definió como su “superior jerárquico”.

Sobre cuál era el estado de salud de Maradona en los días previos al fallecimiento, respondió que solo supo “por comentarios de su mujer” -que era una de las enfermeras que lo atendía los fines de semana-, o “por lo que leía en el grupo de WhatsApp” y que “sabía que tenía días que estaba bien y otros mal y que era muy fluctuante en su estado de ánimo”.

Las indagatorias continuarán el lunes 21, con Forlini  y seguirán el miércoles 23 con el psicólogo Carlos Ángel “Charly” Díaz (29); el viernes 25, con la psiquiatra Agustina Cosachov (36) y el lunes 28 cerrará el neurocirujano Leopoldo Luciano Luque (39).