América Latina

Chevron vuelve a operar en Venezuela y Maduro pide que se levanten todas las sanciones

La empresa petrolera Chevron firmó este viernes “contratos para la continuación de las operaciones y las actividades de producción” en Venezuela, luego de que Washington levante algunas de las restricciones que hace pesar fuerte sobre el país caribeño. Ahora, Caracas pide el levantamiento de todas las sanciones, y la crisis energética global podría allanarle el camino.

La empresa petrolera Chevron suscribió con el gobierno venezolano “contratos para la continuación de las operaciones y las actividades de producción” en ese país caribeño, tras recibir una licencia de Estados Unidos para retomar parcialmente sus actividades allí, pese a las sancipone informó el Gobierno venezolano.

El acuerdo es posible gracias a que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos autorizó a Chevron volver a operar en Venezuela.

“Hoy hemos suscrito importantes contratos para la continuación de las operaciones y las actividades de producción de esta empresa estadounidense, Chevron, que el próximo mes de abril del año 2023 arriba a sus 100 años de presencia productiva en Venezuela”, expresó el ministro venezolano de Petróleo, Tareck El Aissami, tras la firma en un acto oficial. “Celebramos la firma de estos contratos y nos corresponde ahora honrarlos con trabajo”, agregó.

“Van a encontrar empresas productivas, empresas que han sabido resistir a los embates de estas sanciones ilegales violatorias del derecho internacional”, aseguró el ministro. “Estas empresas han logrado el milagro junto a la clase trabajadora petrolera de mantener sus capacidades productivas y seguir avanzando en los planes de desarrollo previstos para cada una de ellas”, añadió.

La decisión llegó después reactivarse la mesa de diálogo entre representantes del gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, nucleada en la Plataforma Unitaria Democrática, que derivó en la firma del Segundo Acuerdo Parcial para la Protección del Pueblo Venezolano, que gestiona la liberación de 3.000 millones de dólares de Venezuela bloqueados en el extranjero por sanciones, para destinarlos a proyectos sociales.

Y por supuesto, es inescindible del contexto mundial: la crisis energética que estalló a partir del conflicto entre Rusia y Ucrania, que puso a las potencias occidentales con la soga al cuello en materia de provisión de combustibles.

Este factor fue más que evidente durante la COP 27 celebrada en la localidad egipcia de Sharm el Sheij, donde quedó claro que Occidente había decidido “indultar” a Caracas.

En las sesiones de la cumbre, el presidente venezolano se fotografió con cada homólogo que se le cruzó por el camino y sostuvo diálogo bilateral con algunes líderes impensados hace pocos meses.

La primera aparición internacional de Nicolás Maduro fuera de América Latina fue todo un éxito para el gobernante que lidera Venezuela hace nueve años y demostró que los tiempos del aislamiento llegan a su fin.

Y el PSUV no quiere dejar pasar la oportunidad.

El presidente de Venezuela celebró como un paso en la “dirección correcta” el acueerdo con Chevrón, aunque dijo que “no es suficiente” y pidió a Washington levantar por completo las sanciones que pesan sobre el país caribeño.

Las licencias del gobierno estadounidense “sin lugar a dudas van a la dirección correcta, aunque no son suficientes para lo que exige Venezuela, que es el levantamiento completo de todas las medidas coercitivas unilaterales sobre la industria petrolera”, expresó Maduro, en una rueda de prensa esta semana.

“La idea de sacar a Venezuela del circuito económico del mundo fue una mala idea, extremista idea de Donald Trump, y la están pagando porque Venezuela forma parte de la ecuación energética mundial”, manifestó Maduro. “Duélale a quien le duela, tenemos que estar allí, somos una gran potencia petrolera y vamos a ser una potencia gasífera”.

Maduro además pidió que Estados Unidos le devuelva a su gobierno el control de Citgo, filial de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en ese país, otorgado al líder opositor Juan Guaidó en 2019. “Citgo es propiedad de Venezuela y es uno de los elementos vitales para seguir avanzando en las negociaciones que Citgo se le regrese a Venezuela completamente, libre de polvo y de paja”, comentó el mandatario.

Un castigo colectivo
Luego de que en 2017, el presidente estadounidense, Donald Trump, aplicara duras sanciones al país más rico en petróleo del hemisferio occidental, está prohibido prácticamente todo el comercio en dólares con Caracas.

Y desde que se impusieron las sanciones de enero de 2019, la producción de petróleo cayó en 431.000 barriles de petróleo por día o 36.4%.

Las sanciones fueron muy duras para el pueblo venezolano. Las restricciones hacen que sea mucho más difícil inclusive pagar por medicamentos y otras importaciones esenciales con las limitadas divisas disponibles.

Un informe de Mark Weisbrot y Jeffrey Sachs demostró que las sanciones no solo redujeron la disponibilidad de alimentos y medicamentos, de modo tal que aumentó la mortalidad y las enfermedades.

“Encontramos que las sanciones han infligido, y progresivamente infligen, daños muy graves a la vida y la salud humanas, incluidas más de 40 000 muertes entre 2017 y 2018; y que estas sanciones encajarían en la definición de castigo colectivo de la población civil, tal como se describe en las convenciones internacionales de Ginebra y La Haya, de las cuales Estados Unidos es signatario. Estas sanciones también son ilegales según el derecho internacional y los tratados que ha firmado EEUU, y parecería ser que también violan la legislación estadounidense”, concluyó el reporte.