Servicios públicos

Cómo ahorrar en el consumo hogareño de electricidad y gas

El incremento en las tarifas de los servicios públicos volvió a poner la lupa en el consumo hogareño. Aquí, algunos consejos sobre eficiencia energética y un uso responsable de esos recursos.

La actualización de los servicios públicos de gas, electricidad y agua llevó a muchas familias a repensar el uso para buscar bajar el monto de las facturas, lo que en el mundo se conoce hace años como eficiencia energética.

La Universidad de San Martín determinó en una investigación que, en promedio, un hogar típico del Área Metropolitana de Buenos Aires consume unos 4.200 kWh anuales.

Salvador Gil, director de la carrera de Ingeniería en Energía de la UNSAN y miembro del Área de Pensamiento Estratégico de la Cámara Argentina de la Construcción, reveló que ese relevamiento determinó que poco más de la mitad de la factura de electricidad lo generan heladeras (22), aires acondicionados (17), iluminación (11) y calefactores (8).

En el resto del “ranking” están los hornos eléctricos (7), computadoras (7), televisores (6), cafeteras (3), lavarropas (2), planchas (2) y secadores (2).

Invitado al estudio del noticiero de la Televisión Pública, el doctor Gil explicó las diferencias entre calefaccionar con gas o energía (ver video) dependerán del termostato y la temperatura y, por otro lado, sugirió el uso de ollas a presión.

Los especialistas suelen alertar del llamado consumo vampiro de electrodomésticos que toman de la red por más que no estén en uso y aconsejan desenchufarlos, lo que permite ahorrar hasta un 5% del consumo.

También se recomienda el uso de lámparas LED (mantenerlas limpias al igual que las pantallas) y la compra de electrodomésticos con etiquetado de eficiencia energética de las categorías más altas (A+, A++ o A+++).

En materia de climatización sugieren una buena aislación térmica con burletes en las aberturas o la construcción misma del inmueble, además de bajar cortinas y persianas cuando baja el sol.

Para optimizar el consumo de la heladera los expertos suelen hablar de una buena ubicación del artefacto: un sitio fresco, lejos del calor, sin exposición directa al sol y separado de paredes y muebles por al menos 15 centímetros.

Sobre mantenimiento apuntan a revisar burletes; evitar que se acumule polvo atrás y mucho hielo en las paredes del freezer y revisar el termostato para no enfriar más de lo necesario.

Otro buen hábito es tratar de abrir menos veces la puerta y por el tiempo mínimo necesario, para reducir pérdidas de frío; no guardar alimentos calientes y hacerlo tapados porque evita que se genere humedad.

Sobre los aire acondicionados los consejos son limpiar filtros, no forzar la temperatura y regular la salida.